viernes, 31 de octubre de 2014

Piedras y dos poemarios para descargar (El Río; El Lagarto verde y el ave del paraíso)



Hola a todos y todas... después de mucho tiempo, la Casa del Simio vuelve, con un par de cambios importantes... de ahora en adelante se abre una pequeña sucursal en el mundo de feisbuk La casa del simio en facebook), donde publicaré poemas viejos, quizás alguno ya publicado acá en el blog. El blog en cambio, de ahora en adelante será plataforma de mis libros, desde acá podrán descargar mis poemarios ya terminados, para leerlos por entero y en calma. El único precio, es el de compartirlos con los amigos en el caso disfruten la lectura. Encontrarán acá también, siempre poemas nuevos, aún sin un poemario que los reclame... lean, descarguen, comenten, compartan!

Aquí, el link para descagar mi primer poemario, la historia de los opuestos que se persiguen... aire y tierra, mente  y cuerpo...
Descrgar aquí El lagarto Verde y el Ave del Paraíso

Acá, El Río... la existencia y el flujo, nacimos ya en medio a una corriente que no sabemos donde va... descarga aquí: El Río

Y ahora un poema:

Piedras

Como una piedra lavada por el tiempo
párticula entregada al devenir,
no puedo ser más de lo que soy
y soy, lo único que puedo ser
huesos envueltos en carne
guíados
por sentimientos que el lenguaje
no será nunca capaz de comprender

vamos arrastrando
como piedras que ruedan por su caudal
los recuerdos de todo lo que amamos
de todo lo que creemos haber entendido
y sobre todo
todo aquello que no entenderemos jamás
porque una piedra
no puede preguntarse
porque yace en esta orilla y no en la otra

y solo así
quieta, inmóvil
la piedra es

verdaderamente lo que es

viernes, 10 de enero de 2014

Sólo luego que las últimas aves emigren, Umbral.

Les dejo dos poemas del poemario "En el corazón del sueño", del cual he publicado ya bastantes poemas.

Como bonus y de modo extraordinario, luego de los dos poemas, encontrarán un link a la entrevista realizada a Ingrid Cordova, quien además de ser una gran poeta chilena, fue mi gran maestra en los años de escuela.


Solo luego que las últimas aves emigren


Sólo luego que las últimas aves emigren,
se abrirán de una vez y para siempre
los postigos del mundo
para dejar que entre de una vez por todas
el claror de la luna y las estrellas

Será luego que las últimas mareas vuelvan a la orilla
y unas alhelíes de fuego
y un jade rojo ardiendo en los cristales
caigan en llamas desde el cielo
que sabremos del peso del viento en la memoria
del reino sin ley de la palabra
del refugio del relámpago al amparo de la sombra,

de las hojas del árbol, y sus raíces de cristal



Umbral


Es un viento tibio a veces,
el corazón del sueño cuando palpita

Es colorido vuelo de ave a veces,
el pulso ancestral del latido que nos guía


ser serpiente enroscada antes del ataque,
brisa meciendo verdes hebras en el valle…

Soñarnos,
desde el otro lado del espejo

Ser paisajes oníricos fluyendo,
pestañeo de tiempo que viaja

Es tibio viento a veces la mañana
Es frío colmillo a veces el despertar

Dentellada de serpiente en la penumbra,
caricia cálida a la entrada del umbral

Caemos a través del sueño hacia el amanecer
invisible puerta que nos abre
nuestro breve viaje al infinito
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domingo, 13 de octubre de 2013

Viejos poemas nuevos

Hola a todos... actualizo el blog luego de la pausa más larga que me he tomado.. algo así como 4 meses... para los que me hallan echado de menos, dejo un post largo con varios poemas, para que me perdonen la ausencia... los 2 primeros corresponden al primer poemario que escribí : El Lagarto Verde y el Ave del Paraíso,el tercero al Ojo Ancestral del Huracán y los últimos tres en cambio son las últimas cosas que he escrito y no están dentro a ningún proyecto aún.

Un saludo a todos!


Memoria


Antigüedad breve susurro
Mareas largos eones

Eras fluyente murmullo


Pétrea anidada memoria





Desde Tiempo Inmemorial


Desde tiempo inmemorial
brama el lagarto verde
las alas del ave del paraíso

Ya antes del primer minuto
Y tal como el fondo de la tierra,
sus oscuros entresijos,
añoran la inconmensurable luz del cielo

El viajero subterráneo
La guardiana del firmamento

Desde los túneles del submundo
piensa el lagarto en aquellas alas desplegadas

Y desde las alturas sigue ella, con su mirada
a su perpetuo perseguidor

Desde antes del tiempo
a través de las eras
de los cuatro elementos
de los secretos y el misterio
persigue el rastreador su meta
busca su rostro la huella
el problema su respuesta
el rostro su reflejo

Es el eterno desafío
En torno a él gira el universo
En medio va nuestro deambular
Nosotros, nuestra mera comparsa
ante el duelo y el milagro

El lagarto verde y su sendero de tierra
El ave del paraíso y su volar perfecto





Murmulla la roca la letanía de su existencia 


Murmulla la roca la letanía de su existencia

Murmulla el río el sabor de su cauce

Murmullan las arenas,
los ritmos de su tiempo

Y el ojo también murmulla
ancestral en la tormenta
desde el murmullo
al estruendo
nos lleva

Al encuentro del delirio





En la madrugada



En la madrugada,

un reloj... roto

y una manzana... mordida


En la madrugada,

un pensamiento... abriéndose

y un sueño... interrumpido


En la madrugada,

ideas recuerdos
que se cuelan
por la trama estrecha,
de la oscuridad

en la madrugada
tiempo infinito,
espeso como la niebla
sabor de vida,
condensado en un segundo


En la madrugada,

ideas recuerdos
tejidos
confundidos
con la maraña
la urdimbre
sin inicio ni fin
de un sueño,
liberándose de la noche




La superficie del mundo


A veces
es materia casi tanglible
la luz en el cielo

Esencia palpable
que como un manto desciende
hasta la mera superficie de las cosas

A veces
dona una segunda vida
la luz en el cielo
a la mera existencia de las cosas




Colores confundidos en un remolino que gira


Aún si el tiempo pasa
todos los tiempos
son solamente uno

y los rostros y los ojos
los muros y los cuartos
se confunden
en un único manojo de colores

a pesar que el tiempo pasa
y los ojos se hacen muros
y los colores se hacen tiempos

los amores de una vez
los rostros
llenos de alegría de una vez
giran
astas de un remolino
confundidas en un solo color

Aún si el tiempo pasa,
las astas de la vida
las calles las cervezas
las noches los suspiros,
vuelven.

Vuelven,
como eslabones de una cadena
infinita y circular
madeja de paja
donde no hallaremos jamás
la aguja que nos prometieron podría abrir,
los candados de la memoria

viernes, 14 de junio de 2013

Sueños... llantos... atardeceres...

Soñar una hoja de jade verde

Soñar una hoja de jade verde
que desde el cielo rasgando baja
un cielo de púrpuras nubes al atardecer

Y una hoja de onix negro que sesga
los tallos del grano
los vastos campos del maíz

esos donde desde siempre yacen
las préteritas formas

los primeros cuerpos del hombre


El llanto de las piedras

Camelias blancas
traídas por la brisa del mar
y bajo la luna
el llanto de las piedras,

desconsolado


Llegan flores traídas por el viento
se cosecha el sabor de los suspiros
en el vientre de estas tierras

Rojizo grito de zafiros
del que brota marino en el cielo
el canto de un sueño que florece

Brisa de canto que acuna
hasta dormirse
el desconsolado llanto de las piedras.  

Atardeceres

Orada el cielo
el otoño con sus hojas
y la luz, en mil destellos despedazada
resucita en el ir y venir
del viento por los senderos

no volveremos ya a ser ojos
que al primer relucir de la locura renuncian
al sincero juicio de lo vivo
ni mucho menos a ser humo
meramente inscrito sobre la arena

Hace mucho que renunciamos ya
a la límpida luz del sentimiento,
la única capaz de iluminar
el último camino que conserva
la transparencia sin par de la emoción

Recorremos ciegos los sentidos
el largo camino de la consciencia
todos los recovecos y todos los recodos
que en el sendero
que nos hace ser lo que somos,
encontramos




viernes, 12 de abril de 2013

Acerca del sueño


Miremos la luz de la luciérnaga.

A ella se ha reducido el mundo.

-Domingo a Domingo. J. Teillier

La fuerza del sueño

En el suspiro arrojado al futuro de las olas
Viví

En el instante eterno de las caricias
En el inconmensurable fragor del éxtasis
Naufragué dulcemente

Y nací de nuevo en medio al verde de mi isla
para contemplar la amatista en mis manos
con ojos de gorrión violeta

Y fui última luciérnaga del mundo
Último segundo de tarde de domingo
postrer pestañeo de un eterno insomnio
que al sueño y su fuerza incontrastable
sucumbe



Onírico olvido, onírico desnudar el tiempo

Soñar la mismísima naturaleza del tiempo
El fluido sucederse del recuerdo
El futuro y la memoria

Soñar el centro secreto del tiempo
La mutable imagen de la vida ya vivida
y olvidar

Olvidar la onírica naturaleza del tiempo,
la caprichosa imagen del recuerdo

Olvidar incluso el olvido…
y soñar

Soñar el espejo y la memoria
La oculta naturaleza del sueño…

la voluble materia del recuerdo

Lograr olvidar el olvido mismo

Y lograr desnudar acaso,
el tiempo…

Su devastadora e intangible naturaleza

martes, 19 de febrero de 2013

Acerca de la inmaterial ciudad de la emoción

Hace ya harto tiempo trabajo en un poemario titulado "La inmaterial ciudad de la emoción"... varias entradas anteriores corresponderán algún día (no muy lejano en realidad... creo) a ella, acá les dejo otros dos poemas que le pertenecen.



Atravesaré algún día la ciudad


hablará algún día mi voz sobre los colores,

así como alguna vez,

jugaran los niños con el sol entre las manos



atravesaré algún día la ciudad

asi como alguna vez,

arara el viento mis recuerdos



y no habrán ojos

refugiándose en las rendijas

ni suspiros

apilándose en las cunetas



atravesaré algún día la ciudad

así como se desperdiga la luz,

en los meandros del tiempo.

Y mis pasos serán una vez más

lenguaje de mundo,

palabra nacida en la carne



Soy la voz

Grietas, humedad

huellas en los muros



llenarse de arena las manos

de imágenes los ojos



soy la nostalgia de tu piel

me dice al oído el cemento,

el incesante sonar de la ciudad...



Grietas, polvo

arañas en los rincones



Perder por el sendero los relojes

en sus ajugas el recuerdo



Soy la voz de lo perdido

me dice al oído la noche

el hambriento rugir de la ciudad



Grietas, suciedad

cartones contra la acera



Lacerar la herida en el silencio

y el vacío en el olvido



Soy la memoria de tu piel

la ciudad que te supura por los poros,

me dice al oído el enemigo,

la fuerza de gravedad de mi pasado,

el vientre de acero,

la electricidad que carcome mis arterias





Vuelo, semillas

sonidos en el aire



Hundir en la tierra las manos

en la brisa la sonrisa



Y escuchar la caricia del viento

abrazar el árbol y sus raíces de cristal



Soy la voz del tiempo

esa de los engranajes liberado

me susurra el viento en el oído





Soy la voz de los ancestros

la rueda infinita y circular

serpiente que se muerde la cola

me susurra el mar en la vigilia



Soy la voz

el corazón que vive

dentro al cemento en la inmaterial ciudad de la emoción,

el latido de tu vida que palpita y que te lleva

más allá del dolor grabado en la humedad

de la grieta que se clava como raíz en la amargura



Soy el viento que obliga al cambio,

a las mas viejas dunas del desierto

la fuerza que arrastra consigo y que ordena

todas las formas de la arena



Soy la voz:

el recuerdo y los ancestros

soy la voz:

la paz de un nuevo mundo,

ma susurra en la vigilia,

cuando pasa por mi ciudad, el viento en el oído



martes, 18 de diciembre de 2012

Sueña la Noche


Sueña la noche


Que tristeza de calles vacías
de ecos, de ventanas cerradas
como si agonizase el tiempo en alguna esquina

Un fantasma se agita en la oscuridad
contra los muros, se recorta su silueta

Qué tristeza de calles vacías
de voces, de manchas negras sobre el pavimento
como si el tiempo llorase, a los días y rostros ya idos

Brota una mariposa en el viento
sueño mi inmutable piel de vidrio
el viejo sueño de la transparencia

Qué tristeza de calles ajenas
de quejidos a altas horas de la madrugada
como si la noche añorase el tiempo, y el tiempo, el paso del viento, la caricia

Un desconocido se estremece en el silencio
se pierde entre los muros su lamento

Una mariposa brota en el viento
son tristes estas calles lejanas
esta piel donde la vida deja sus huellas

Qué tristeza de calles vacías
Que inquietud de quejidos y de lamentos
que tristeza añorar una piel de vidrio que aunque frágil,
resista la invasión de los eones

Un extraño es despertado por el frío
una mariposa brota en el viento
deja estelas coloradas en el aire, su vuelo

pasa el viento
en sus árboles las hojas se agitan
un pájaro trina
amanece.